Los desechos tóxicos de las tropas estadounidenses en Irak afectaron no solo a los cientos de soldados norteamericanos, sino también a las mujeres del país árabe que dan a luz a niños con malformaciones, según denunció la antropóloga Kali Rubaii, de la Universidad de California, que investigó el problema en 2009 y hace poco realizó un nuevo estudio en Irak.
Rubaii narró a la agencia Sputnik el drama de Warda, una de las tantas mujeres iraquíes afectadas por estar expuestas a las hogueras al aire libre en las que los militares estadounidenses de la base de Al Karma quemaban toneladas de desechos tóxicos con combustible de aviones.
Warda tuvo tres hijos sanos antes de volver a su pueblo natal cerca de la ciudad de Al Karma en 2016, dijo la antropóloga.
En 2017 nació el que sería su cuarto bebe con anencefalia, un defecto grave que afecta la formación del cerebro y el cráneo. «Vivió algunos días y después murió», señaló.
La mujer después dio a luz a otro bebé pero nació muerto. «Los médicos le dijeron que no debería intentarlo más, pero Warda quería tener uno más. Luego tuvo tres abortos consecutivos y otros dos bebés nacieron sin vida», relató Rubaii.
La contaminación, enfatizó la antropóloga, no solo afecta a los niños y es que Warda, tras volver a su pueblo, comenzó a padecer alergias, descamación de la piel y dolores corporales.
La toxicóloga ambiental estadounidense Mozhgan Savabieasfahani fue uno de los primeros investigadores que estableció la conexión de los problemas de embarazo de las mujeres iraquíes con la cercanía a las bases militares del Pentágono en las que se solían quemar desechos tóxicos en las hogueras.
En una conversación por teléfono con esta agencia, la doctora Savabieasfahani citó su último estudio publicado en 2020 en el que su equipo llegó a la conclusión de que vivir junto a la Base Aérea Tallil, cerca de Nasiriya, provocó una alta concentración de torio en el cabello y aumentaba el riesgo de malformaciones en los recién nacidos.
SOLIDARIDAD CON LOS IRAQUÍES
En Estados Unidos gracias a organizaciones no gubernamentales, como Burn Pits 360, y las campañas de información se logró en los últimos años la aprobación de leyes que ayudan a resolver los problemas de salud de los veteranos de guerra afectados por los desechos tóxicos incinerados en Irak.
Rubaii pidió que esas campañas de apoyo se extiendan a la población iraquí y a las madres como Warda que también estuvieron expuestas a la misma contaminación.
«Quisiera que esa campaña abarque a los iraquíes. Creo que los opresores deberían hacer un enorme trabajo antes de que realmente sean socios útiles para los oprimidos», sostuvo.
La antropóloga espera que la difusión de las historias de las víctimas iraquíes puedan impulsar al Gobierno estadounidense a mitigar las consecuencias de sus actos en la vida de la población local.
Sputnik
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