Tras el trágico suicidio de un extranjero que se arrojó desde el piso 17 de un edificio de Puerto Santa Ana, el pasado martes 1 de febrero de 2022; la sombra de esta afectación a la salud mental ha vuelto a levantar serios debates en el país, debido a que los suicidios han ido en aumento durante la pandemia.
El fenómeno no ha hecho más que empeorar, solo en los primeros meses del 2021 se registraron en el Ecuador 253 suicidios, frente a los 216 que se reportaron durante el 2020 y, de estas cifras, la provincia del Guayas ocupa el primer lugar con el 24%; seguida de Azuay con 11%; El Oro con 8%, y Pichincha y Manabí con el 6%, respectivamente.
La situación es tal que desde el inicio de la pandemia el ECU911 recibió más de 1.304 alertas de intentos de suicidio, de los cuales a penas 357 se lograron evitar gracias al sistema de video vigilancia del ECU911 y la intervención del personal capacitado o la ciudadanía, sin embargo, y como lo han señalado las mismas autoridades, existe un subregistro de alrededor de 17,4% de casos que pueden no contabilizarse o registrarse de manera equivocada.
Tan solo en Guayas, la provincia con más casos se estima que se han quitado la vida más de 112 personas desde el inicio de la pandemia y al menos 194 lo han intentado. La falta de empleo, la pobreza extrema y factores varios como condiciones previas de depresión no diagnosticada o sin tratamiento y acompañamiento son algunas de las principales causas que han contribuido al aumento de esta realidad en el país.
Los especialistas en Guayaquil detallaron que el suicidio se desemboca usualmente por depresión severa, un trastorno mental grave o el consumo de diferentes sustancias, gracias a esto, se ha creado la Unidad de Salud Emocional del Municipio de Guayaquil, la cual hasta la fecha ha atendido 132 casos de intentos de suicidio y 709 de pensamientos suicidas.
Debido a esto, las autoridades de Salud lanzaron el «Manual de Cuidadores Comunitarios en Prevención del Suicidio”, que busca reconocer la importancia de la salud mental y prevenir estas muertes, mediante una instrucción que permita que tanto familiares como amigos puedan reconocer los signos en alguien cercano, sobre todo si dicha persona presenta signos de angustia, ansiedad o problemas laborales, educacionales, sentimentales o intrafamiliares.
Si bien el estigma sobre la salud mental aún es prevalente en el Ecuador, los expertos han señalado que no se debe prejuzgar a quien padece signos depresivos, pues no todos desembocan en pensamientos suicidas y quienes lo hacen atraviesan todo un proceso que se podría detectar y tratar a tiempo; así lo mencionó el psicólogo clínico, Nelson Delgado.
Según los profesionales en salud mental, se debería prestar atención a quienes muestran un comportamiento de aislamiento, que repiten que están tristes, cansados y que no encuentran una salida a sus problemas o que no cuentan con una motivación que los aliente a realizar actividades que antes solían disfrutar, para que de esta forma se pueda intentar mantenerlos incluidos en diversas actividades familiares o sociales y de detectar que la persona no responde a estos estímulos se debería acudir a los especialistas.
Redacción
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