Boris Johnson debería renunciar al liderazgo del Partido Conservador y del Gobierno del Reino Unido sin esperar a que se publique el informe del ‘partygate’ ni se resuelvan las pesquisas sobre presunta criminalidad del propio primer ministro y su equipo en Downing Street, según opiniones recogidas por Sputnik.
El escándalo de las fiestas organizadas durante los confinamientos del coronavirus dio una vuelta de tuerca con la entrada de Scotland Yard en la escena del crimen: la oficina, el apartamento y los jardines de la residencia oficial del mandatario conservador. La pesquisa policial colocó a Johnson entre los sospechosos o testigos de posibles infracciones de leyes y normas dictadas por su Ejecutivo para contener la pandemia, que se ha cobrado más de 155.000 vidas en Reino Unido.
SIN REGLAS EN DOWNING STREET
«Boris Johnson ha de irse. Los líderes deben demostrar liderazgo, particularmente, en una crisis, pero el actúa como si las reglas no le atañeran. Está intoxicando la política, es un irresponsable y ha perdido su credibilidad», denuncia a Sputnik el diputado laborista Richard Burgon.
Burgon formó parte del «gobierno en la sombra» del anterior líder, Jeremy Corbyn, y coordina la facción socialista del partido. Recuerda el caso de la enfermera Karen Reissmann, que recibió una multa de 10.000 libras por organizar una manifestación en Manchester durante las restricciones del covid. Unas cuarenta personas secundaron la protesta contra el precario plan salarial para los trabajadores esenciales del Sistema Público de Salud.
Johnson admitió su asistencia a un acto igualmente multitudinario, con alcohol y comida en el jardín de Downing Street, pero sostiene que no rompió ninguna regla porque fue un «evento de trabajo». Se cree que participó en al menos otras tres veladas supuestamente prohibidas.
«Es un comportamiento completamente decadente. ¿Cómo puede justificar tantas fiestas en un lugar de trabajo?», cuestiona incrédulo Dermot Hudson, presidente de la rama británica de la Asociación de Amistad con Corea (KFA, en sus siglas en inglés), en una entrevista con esta agencia.
TARDÍA PESQUISA POLICIAL
Scotland Yard investiga unos ocho eventos celebrados en sedes gubernamentales en los dos últimos años. Abrió las pesquisas la semana pasada a partir de información proporcionada por la funcionaria Sue Gray, responsable de la revisión interna de la veintena de aparentes fiestas ilegales que se están destapando poco a poco desde el pasado diciembre.
«Ahora que la policía se ha involucrado en el asunto, Boris Johnson caerá tarde o temprano», comenta Hudson frente al muro de corazones en memoria de los fallecidos con covid, en la orilla sur del Támesis.
CORRUPCIÓN Y MENTIRAS
Aun así, el presidente de la KFA no confía en un desenlace positivo porque, según critica, «el sistema está roto y completamente corrupto». La misma opinión comparte Robert Day, percusionista en Extension Rebellion (XR), para quien lo fundamental es «derribar al partido conservador»
Para la activista Fiona Lovering, el «partygate» es «síntoma de la corrupción general del gobierno y su falta de respeto hacia la gente». Desea ver al primer ministro fuera de Downing Street, aunque perjudique electoralmente a los laboristas ahora que Johnson «ha perdido su toque mágico».
Sondeos recientes de YouGov sitúan el índice de popularidad de Johnson en menos 52 y muestran que el 62 por ciento de la población cree que debe dimitir, frente al 25 por ciento que opina lo contrario.
«Ha perdido la confianza del pueblo. La gente sabe que no puede confiar en Boris Johnson. El Gobierno está plagado de mentiras. Ya es hora de que se vaya», presiona Burgon.
RUSIA COMO EXCUSA
A su vez, Hudson crítica la estrategia del Ejecutivo y sus aliados en la derecha que tratan de restar importancia al «partygate» en el tenso ambiente de la frontera entre Rusia y Ucrania. «El Gobierno exacerba la crisis de Ucrania para desviar la atención de los problemas graves del Reino Unido, desde las tarifas altas de energía al encarecimiento de la cesta de la compra, la subida de impuestos y tipos de interés. Si Rusia quisiera invadir Ucrania, ya lo hubiera hecho. Sería como cortar mantequilla con un cuchillo. La situación en Ucrania es una distracción; una crisis artificial», afirma.
El informe de la funcionaria Sue Gray sigue sin fecha de publicación. Se esperaba que viera la luz esta semana, pero la tardía entrada en acción de Scotland Yard ha envuelto en incertidumbre las previsiones adelantadas por los medios. Mientras, Johnson ha ganado un respiro que lo aprovecha para reforzar sus defensas contra los conservadores dispuestos a decapitarle. Se arriesga a una moción de censura interna si 54 diputados tories la piden por escrito.
Sputnik
0 comments:
Publicar un comentario