El Gobierno de Pedro Sánchez ha accedido a la petición de Rabat de permitirle utilizar la tubería, cerrada desde el 1 de noviembre. Marruecos busca garantizarse el suministro energético comprando gas natural licuado, regasificándolo en España y enviándolo a su territorio. El gesto español se inscribe en un contexto de mensajes de distensión.
Las relaciones entre España y Marruecos no atraviesan por su mejor momento, pero la colaboración en materia comercial y energética parece no obstante discurrir de manera fluida. El Gobierno de España ha respondido positivamente a la petición marroquí de apoyar las garantías a su seguridad energética sobre la base de sus relaciones comerciales.
Según confirmaron a Europa Press fuentes en el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Marruecos «podrá adquirir gas natural licuado (GNL) en los mercados internacionales, desembarcarlo en alguna planta de regasificación peninsular y utilizar el gasoducto del Magreb para que llegue a su territorio».
Recordamos que el Gasoducto Magreb-Europa (GME), puesto en funcionamiento en 1996 y que une Argelia con España a través de Marruecos, lleva cerrado desde el 1 de noviembre a causa del drástico empeoramiento de las relaciones entre Rabat y Argel. De resultas, solo otro gasoducto, el Medgaz, sigue operando con España, dado que sus tuberías conectan Argelia directamente con el sureste peninsular español, en Almería.
Situación difícil para Marruecos
Aparte de quedarse sin el abastecimiento gasístico proveniente de su vecino magrebí, que hace peligrar el suministro para sus centrales de ciclo combinado en Tahaddart y Ain Beni Mathar, Marruecos también se ha visto privado del combustible que se quedaba en concepto de derechos de paso del gas que circulaba por su territorio en dirección a España y Europa. En total, un 7% de todo lo que pasaba por la tubería.
Pero ahora, el uso renovado de las tuberías del GME posibilitará que el país alivie sus necesidades energéticas. A tal fin Rabat pretende descargar en las plantas regasificadoras españolas el gas natural licuado que compre a otros proveedores, como la compañía británica Sound Energy, y luego llevarlo de vuelta a Marruecos.
Según declaró a la agencia Bloomberg la ministra marroquí de Transición Energética y Desarrollo Sostenible, Leila Benali, el plan prevé suscribir acuerdos a largo plazo, al menos a cinco años, con varios operadores para garantizarse el suministro. Entre ellos también figura el operador de red nacional de España, Enagás, con quien deberá firmar un acuerdo de interconexión entre los dos países. Eso sí, el combustible azul que ahora llegue a Marruecos será sensiblemente más caro, habida cuenta de los procesos logísticos y químicos que implican la conversión del GNL en gas natural.
¿Un guiño a la mejora de las relaciones?
El establecimiento de esta ruta de suministro gasístico para Marruecos deja entrever un atisbo de mejora de las relaciones entre Marruecos y España, muy deterioradas a raíz de la estancia en un hospital de Logroño del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.
A los mensajes en favor de la distensión, efectuados tanto por el Gobierno de España como por el rey Felipe VI, Rabat condicionó su respuesta favorable a un cambio en la postura oficial española respecto al estatus del Sáhara Occidental. Tal postura no ha variado, pero el presidente Pedro Sánchez ha vuelto a repetir la consideración que se tiene de Marruecos en tanto que «aliado estratégico en muchos campos». Desde Emiratos Árabes Unidos, donde se hallaba de visita oficial, Sánchez también subrayó el deseo de «fortalecer» la colaboración bilateral.
Es decir, el próximo uso en sentido inverso del GME afianza las relaciones comerciales entre Marruecos y España, que salvan así el deterioro que sufren a nivel político y pueden servir a un ulterior restablecimiento de su normalidad.
Sputnik
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