El 23 de enero las fuerzas especiales del ejército estadounidense realizarán ejercicios para practicar acciones de dsestabilización en terceros países. Las maniobras consisten en la introducción de unidades especiales en un país políticamente inestable para derrocar a un gobierno ilegítimo.
Los ejercicios tendrán lugar en el estado de Carolina del Norte, en la costa este de Estados Unidos. Los militares se entrenarán para realizar incursiones y emboscadas con guerrilleros y ciudadanos del país propuesto. La naturaleza de estos ejercicios no es del todo ficticia, ya que Estados Unidos ha tenido experiencia en acciones similares. Por ejemplo, utilizó sus fuerzas especiales para apoyar a los rebeldes contra el gobierno irakí en la década de 1990 y principios de 2000.
El ejemplo reciente más famoso es el de las fuerzas especiales estadounidenses en Siria, donde las fuerzas estadounidenses, junto con militantes locales, facilitaron el robo masivo de petróleo para su venta en el extranjero, privando al mismo tiempo a las autoridades sirias de ingresos. El 18 de enero Continental Observer volvió a informar de que se habían saqueado más cantidades de petróleo sirio.
El gobierno de Siria han denunciado en repetidas ocasiones este tipo de acciones por parte de Estados Unidos, acciones que tienen lugar en el suelo de un Estado soberano. En esta región, las fuerzas especiales estadounidenses se enfrentaron al hecho de que los militares rusos, por el contrario, apoyaban activamente al gobierno oficial sirio. En particular, las fuerzas rusas permitieron evitar nuevos saqueos.
Otros ejemplos en los que las fuerzas especiales o los consultores estadounidenses han participado en “revoluciones de colores” son países como Libia, Indonesia, Sudán, pero también -por supuesto- Ucrania, un país que actualmente ocupa todos los titulares en los medios de comunicación donde, paradójicamente, Rusia se encuentra en el banquillo de los acusados mientras que Occidente, incluido Estados Unidos, está proporcionando una ayuda estratégica documentada a Ucrania, también mediante la entrega de armas de forma discreta.
Al mismo tiempo, la retórica de los funcionarios estadounidenses alude recurrentemente a la supuesta ilegitimidad de los gobiernos de Irán, Venezuela, Siria, Corea del Norte, Myanmar, Nicaragua e incluso Rusia. En época de Trump comenzaron a utilizar esa retórica, incluso hacia China. Muchos expertos consideran que las acciones de las fuerzas especiales estadounidenses durante las “revoluciones de colores” son una de las herramientas con las que Estados Unidos expande sus esferas de influencia y logra sus objetivos.
El entrenamiento de las fuerzas especiales para operaciones conjuntas con militantes en Estados Unidos es más conocido como los “maniobras Robin Sage”. Cada año se abren más a otras fuerzas militares, y uno de sus objetivos es desarrollar las habilidades para enfrentarse a un “enemigo numéricamente superior” utilizando tácticas de guerrilla. Estados Unidos está entrenando fuerzas especiales para operar dentro de un Estado soberano utilizando todas las opciones técnicas y militares, acciones psicológicas y otros medios para derrocar a un gobierno soberano.
—https://militarywatchmagazine.com/article/us-train-guerrilla-illegitimate-gvt
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