Dos portamisiles rusos Tu-160 sobrevolaron (y repostaron en pleno vuelo) el mar Blanco, el mar de Barents y el océano Ártico por decimotercera vez en los últimos años.
El Tu-160 fue diseñado originalmente como un avión multimodal capaz de volar alto y bajo, en modo supersónico y sin él, con igual efectividad para usar bombas y misiles. A los pilotos les encanta por la potencia, el control y la comodidad (durante los vuelos largos es posible caminar alrededor de una amplia cabina, calentar la cena en el microondas e incluso relajarse entre los asientos de los navegantes).
Aprecian también el sistema autónomo de corrección astrológica del Tu-160 que con gran precisión define la posición del aparato en relación al sol y las estrellas. Este sistema es especialmente útil cuando se vuela sobre el océano y las zonas polares.
RBTH
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